jueves , 25 abril 2024
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Espiritualidad

  “Inspirados en la espiritualidad ignaciana formamos hombres y mujeres capaces de dar sentido a su vida y construir un proyecto para su   futuro, su comunidad y la sociedad en que viven, cimentados en los afectos, la espiritualidad, el estudio y el servicio”

 

Para los Cristianos, espiritualidad se puede definir como una vida de acuerdo con el Espiritu de Dios, una vida que nos puede hacer a nosotros hijos e hijas de Dios. (Rom. 8:9,14)    La espiritualidad tiene que ver con la vida y con nuestra forma de vivirla

La espiritualidad ignaciana intenta ayudar a vivir la vida de una forma integrada. Integrar es marcar un horizonte claro en el proyecto personal de vida: un horizonte que da un plus de calidad y sentido a lo que se va haciendo, que ayuda a vivir reconciliado con uno mismo, con lo demás y con la creación.

¿Qué es la espiritualidad ignaciana?

La espiritualidad ignaciana es un camino para mirar la vida de una manera nueva, agradecida, con ojos compasivos y comprometidos, con dosis de humor, de sentido común, de apoyo en los demás, de una lectura sabia de nuestro pasado para no tomarnos trágicamente el presente y vivir inspirando futuros. Esa es, en definitiva, la mirada de Jesús de Nazaret.

Jesucristo es nuestra principal fuente de inspiración. Aquel que se ofrece a todos los seres humanos. En el Evangelio, lo contemplamos haciendo el bien, enseñando, sanando, perdonando, liberando y llamando a todo tipo de persona a trabajar con Él en un proyecto de amor y justicia.

Con Él como centro e inspirados en Ignacio de Loyola y su pedagogía, buscamos que nuestros estudiantes integren su vida espiritual en su quehacer cotidiano, practicando el discernimiento como actitud fundamental para orientar la vida y como método específico para tomar decisiones.

La espiritualidad ignaciana implica reconocer el amor incondicional de Dios por cada hombre y mujer sin excepción, desarrollar una actitud abierta al servicio, a la lucha por la justicia y a acoger a los excluidos, sabiendo que la fe en Cristo nos lleva a amar a nuestros hermanos como respuesta al amor encarnado de Dios en su Hijo.

Desde luego, la identidad católica e ignaciana de nuestra comunidad educativa no se opone a la admisión de estudiantes de cualquier religión o creencia y también de aquellos que no profesan una. En efecto, nuestra comunidad tiene una pastoral abierta e inclusiva que acoge a todos los que deseen formar parte de su proyecto educativo

 

Características de la espiritualidad ignaciana:

 

1. Discernir la voluntad de Dios en la vida misma.

No lo más perfecto objetivamente, sino lo que Dios quiere de mí. Búsqueda permanente y dinámica de lo que Dios quiere de mí.»…mirando a mí mismo: lo que he hecho por Cristo, lo que hago por Cristo, lo que debo hacer por Cristo».

2. Contemplativos en la acción.

Discernir, a la luz de la oración y de la razón iluminada por la fe, cómo puedo mejorar mi realidad para hacerla más acorde con el Evangelio de Jesucristo.

3. Encontrar a Dios en todas las cosas,

y en todas las cosas a Dios.

4. El «Magis»

No contentarme con ser bueno y nada más… buscar siempre lo mejor en cada situación. No quedarme en la mediocridad. La máxima entrega en el amor.

5. Sentir con la Iglesia

Amor grande a la Iglesia concreta de la cual formo parte, Iglesia que es al mismo tiempo santa y pecadora, sufro y me alegro con ella.